Hay palabras que dices tantas y tan repetidas veces, tan del com\u00fan, tan f\u00e1ciles de pronunciar, tan llevables en la boca y en las frases, e incluso en los silencios. Palabras como: dulce, encanto, llanto, querer, perd\u00f3n, olvido.<\/p>\n\n\n\n
\u201cPerd\u00f3name, no quer\u00eda\u201d \u201cNo s\u00e9 si puedo perdonarte\u201d \u201cNo s\u00e9 c\u00f3mo pedirte perd\u00f3n\u201d \u201cNo tiene perd\u00f3n\u201d \u201cLo mejor es que te olvides de eso\u201d \u201cSe me olvid\u00f3 otra vez\u201d<\/em><\/p>\n\n\n\n Y a veces las decimos tantas y tantas veces, que pareciera que se volvieran superfluas, cuando en realidad suponen una herida.<\/p>\n\n\n\n Si, una herida.<\/strong><\/p>\n\n\n\n Un mal sabor, un da\u00f1o, una ruptura de algo que normalmente consideramos valioso.<\/p>\n\n\n\n No le pides perd\u00f3n a quien no quieres, no imploras olvidar a quien no quisiste.<\/strong><\/p>\n\n\n\n Por esto es que la vida es una combinaci\u00f3n casi perfecta de flores y espinas, en la que uno normalmente sabe que puede resultar herido, y otras veces simplemente se encuentra con espinas que no hab\u00eda visto antes, en otros, o hasta en uno mismo. Porque la verdad es que todos, alguna vez, e incluso a personas que queremos, hemos tenido que pedir perd\u00f3n, hemos sido una espina, hiriendo, dejando marcas, dejando preguntas. Todos hemos recibido tambi\u00e9n un \u201cPerd\u00f3name\u201d o conocemos los \u201cPerd\u00f3name\u201d que nunca llegan, porque el otro no supo que nos estaba haciendo da\u00f1o, o porque simplemente no le import\u00f3 hacerlo. Y aunque haya mil formas de resultar heridos, y de herir a los dem\u00e1s, y de pedir perd\u00f3n y de ver a alguien pidi\u00e9ndonos perd\u00f3n, y este sea un diario vivir que durar\u00e1 por siempre, porque nunca vas a ser intocable por las espinas, y nunca vas a dejar de tener tus propias espinas.<\/p>\n\n\n\n Hay algo que si puedes hacer para cambiar el proceso dif\u00edcil del \u201cperd\u00f3n\u201d sea el que tu pides o el que das; y es entender que cuando perdonas a alguien no lo haces por quien pide perd\u00f3n, no lo haces para que ese otro est\u00e9 bien o est\u00e9 mejor, o se quede tranquilo porque vino, te hizo da\u00f1o y se fue.<\/em><\/p>\n\n\n\n NO. El perd\u00f3n es tu cura.<\/strong><\/p>\n\n\n\n Es la forma que supone decidir seguir adelante sin ir acumulando cenizas dentro de uno. El perd\u00f3n es un puente que te duele cruzar, pero es maravilloso al otro lado.<\/p>\n\n\n\n Si de verdad es solo una la vida que tenemos, qu\u00e9 vamos a querer nosotros ir acumulando sabores amargos. Cr\u00e9anme que he estado del lado de quien hiere y del lado del herido, y nada resulta m\u00e1s doloroso que ser quien deja la herida. Bueno, en corazones que todav\u00eda laten, porque quienes aparentan estar vivos y no sienten empat\u00eda por los dem\u00e1s, no deben saber nada de eso de causarle dolor a otros, porque nunca lo perciben. Yo s\u00ed. Y aunque han sido muchas m\u00e1s las veces que he resultado herida porque como les dije alguna vez soy un \u201ccoraz\u00f3n con patas\u201d, he resultado siempre ganadora a trav\u00e9s del perd\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n Porque el perd\u00f3n no es algo que haces por los dem\u00e1s, es algo que debes hacer por ti. Por levantarte, por limpiarte, por darte paz, por no arrugarte, no amargarte.<\/em><\/p>\n\n\n\n De mi podr\u00e1n decir infinidad de cosas, pero nunca que soy una persona amarga o amargada. Eso jam\u00e1s, porque s\u00e9 perdonar. S\u00e9 pasar las p\u00e1ginas y no dejarme consumir por el mal que otros puedan provocarme. La vida es un camino lleno de flores con espinas, no olviden eso. Y uno a veces tiene que decidir de qu\u00e9 flores se deja pinchar, y de qu\u00e9 flores definitivamente se aleja. Incluso si esas espinas son las que uno mismo trae, porque el perd\u00f3n no s\u00f3lo es algo que aplique hacia los dem\u00e1s, hay que perdonarse a uno mismo<\/strong>, hay que darse segundas y hasta terceras oportunidades, porque es m\u00e1s f\u00e1cil caerse que vivir de pie, y es m\u00e1s f\u00e1cil guardar que extender las alas. Y uno tiene que estar ah\u00ed frente al espejo dici\u00e9ndose siempre:<\/p>\n\n\n\n \u201cEst\u00e1 bien, quiz\u00e1s esta vez no fue, no lo hiciste tan bien, te equivocaste en eso, pero si sabes lo que quieres, vuelve a intentarlo y no repitas tus errores. Te perdono. Te amo. Estoy contigo.\u201d<\/strong><\/p>\n\n\n\n Y es as\u00ed como termina uno dejando ligero nuevamente el coraz\u00f3n y la mente, porque perdonar es ganarse la libertad de seguir por el mundo sin rencores.<\/p>\n\n\n\n Y eso, es invaluable.<\/p>\n\n\n\n Ahora, todos hablamos de \u201cpasar la p\u00e1gina\u201d y es en ese \u201cpasar la p\u00e1gina\u201d donde aparece otro de esos peque\u00f1os enga\u00f1os que se hacen las personas de vez en cuando, tratando de seguir adelante, pero sin ser sinceros con ellos mismos: Te perdono, pero \u201cno se me olvida\u201d. Y ese \u201cno se me olvida\u201d es tan dif\u00edcil de combatir, de enterrar. Es m\u00e1s, yo creo que uno no puede pretender olvidar una herida, uno puede aprender a vivir a con ella, y no sacarla a la luz cada vez que siente rabia, pero no olvidar.<\/p>\n\n\n\n Creo que uno no olvida nada en la vida. Es m\u00e1s, le tengo pavor al olvido.<\/strong><\/p>\n\n\n\n Dicen que s\u00f3lo mueres realmente cuando alguien te olvida, y dice la canci\u00f3n: \u201cOdio quiero m\u00e1s que indiferencia\u201d Y el olvido es eso, un lugar oscuro donde nada te sirve, nadie te oye, nadie te rescata. Un lugar a donde llegan las cosas que no fueron importantes, donde duermen los amores a los que nadie les dio cabida, o las citas perdidas, las llamadas que nadie contesta, los mensajes que nadie responde, los planes que nunca fueron.<\/p>\n\n\n\n El olvido, muy por el contrario del perd\u00f3n, no es la cura, es algo que no va a servirte para superar un dolor, porque no es cierto que vayas a lograr olvidar lo que te doli\u00f3 o el por qu\u00e9 te doli\u00f3.<\/em><\/p>\n\n\n\n Nadie olvida algo que le fue importante, que le dio vida, que lo hizo feliz, que lo destroz\u00f3. Nadie.<\/strong><\/p>\n\n\n\n Y no puedes proponerte echar al olvido lo que has vivido, no puedes trabajar en borrar recuerdos, porque nosotros somos justamente lo que recordamos de lo que hemos vivido, somos la suma de triunfos y derrotas, y uno tiene que aprender a vivir con sus recuerdos, y hacer que sean semillas y no rocas.<\/p>\n\n\n\n Adem\u00e1s, \u00bfAlguien quisiera ser olvidado? \u00bfEn serio? \u00bfAlguno de nosotros pide para que alguien olvide lo que vivi\u00f3 con uno? No creo, y si lo hacen, por favor, dejen de hacerlo. Solo procuremos ir dejando cosas lindas en los dem\u00e1s, as\u00ed tengamos que despedirnos, as\u00ed dejemos una que otra herida en el otro. Pidamos perd\u00f3n, perdonemos, y aprendamos, pero no invoquemos al olvido. Nadie quiere caer en ese cuarto al que llegan arrumadas las cosas que no dejaron huella, \u00bfO s\u00ed?<\/p>\n\n\n\n Aprendamos a perdonar y a entender que nunca vamos a olvidar, pero que podemos tomar nuestras precauciones, que sabemos cu\u00e1les son las espinas que nos hacen da\u00f1o, y que tambi\u00e9n siempre vamos a poder perdonar y no es obligaci\u00f3n quedarse. Que esas son cosas completamente diferentes. Pero ninguna trae consigo el olvido.<\/em><\/p>\n\n\n\n Porque el olvido no es la respuesta, el perd\u00f3n s\u00ed.<\/strong><\/p>\n\n\n\n Todos estamos escribiendo una biograf\u00eda, y suelo pensar varias veces al d\u00eda, qu\u00e9 tanto quiero que diga la m\u00eda, cu\u00e1ntas espinas habr\u00e9 tenido que sacarme de la piel diciendo \u201cTe perdono\u201d cuando este cuento termine, y cu\u00e1ntas dejar\u00e9 en los dem\u00e1s pidi\u00e9ndoles perd\u00f3n. Cu\u00e1ntas veces querr\u00e9 olvidarlo todo y cu\u00e1ntas veces le preguntar\u00e9 a alguien con ilusi\u00f3n: \u00bfTe acuerdas de m\u00ed?<\/p>\n\n\n\n Pero la \u00fanica respuesta que sigue viniendo siempre a mi cabeza es que cuando ya no est\u00e9 quiero que todos digan de mi algo m\u00e1s que:<\/em> era muy amable, siempre saludaba.<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Hay palabras que dices tantas y tan repetidas veces, tan del com\u00fan, tan f\u00e1ciles de pronunciar, tan llevables en la boca y en las frases, e incluso en los silencios. 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