Sí, ya sé. Este es el título de una canción romántica, un poco de desamor, un poco de seguridad también. ¿Entienden la magnitud de decirle a alguien, puedes irte pero siempre te quedará sabor a mi? (Todos, lo aceptemos o no, queremos estar seguros de eso, porque nadie quiere realmente desea ser olvidado)

Y aunque este no es un artículo de conquista, ni de amor, ni desamor. Sí es un artículo que pretende hablar de una relación, y es la relación con uno mismo; pero no la relación con uno mismo vista solamente desde el amor propio como nos han acostumbrado a hacerlo, sino en el hecho mismo de vernos a nosotros como un producto, una marca, un ser que deja huella, y que por lo mismo se atreve a decir que todos aquellos que lo rodeen, y compartan con él algún momento, o que quizás solo vean su camino y crecimiento en la vida, sepan que casi todo lo que hace lleva un sabor caracterítstico, un sabor que en estas líneas llamaremos: “Sabor a mi”

Lo primero que diré es que no importa cuál sea tu mayor sueño, o tus planes, no importa si quieres ser una gran estrella para el mundo, o si quieres ser la mejor estrella para tu familia, o si simplemente quieres sentirte mejor contigo mismo. Lo importante es que todos queremos ser algo, ser alguien. Y no quiero que este “ser alguien” suene a que si no haces lo que quiero proponerte, no vayas a ser alguien, no. ¡Jamás! Todos somos alguien. Pero cuando uso la expresión “Ser alguien” me refiero especialmente a sobresalir en los mares de personas, de ideas, de vidas. Me refiero a tener claro lo que somos, y lo que no somos, me refiero a que la gente hable bien de nosotros cuando ya no estamos presentes, me refiero a que alguien se sienta inspirado y motivado porque hemos sido parte de sus caminos, me refiero a que tu mismo te levantes y siempre tengas en mente lo mucho que tienes por dar, y cómo es posible que todo lo que hagas tenga “Sabor a ti”.

¿Quién soy? Es lo primero que debes responderte cuando te decides emprender un camino que no tiene que llevarte muy lejos, sólo tiene que llevarte a donde quieras estar, donde te sientas mejor, más dueño o dueña de ti, más a gusto contigo mismo. Y cuando respondemos esta pregunta, no se trata de lo que tenemos, o simplemente de la profesión que escogimos, o de lo que hemos logrado. Tú eres lo que te mueve, lo que pasa por tu cabeza cuando llega el silencio, lo primero que piensas en la mañana al despertarte, lo que te hace sonreír, lo que te duele y lo que te sueñas.

Es por eso que he osado decir que soy artista, y me he empeñado en que mi mensaje esté siempre dando vueltas alrededor del arte que es lo que me hace feliz. Escribir, bailar, cantar, posar para fotografías, hablarle a los demás, todas las formas de expresión.

Yo soy expresión, y el arte es eso, es una expresión que logra emocionar a otros.

¿Quién eres tú? ¿Qué es eso que amas hacer sin tener ninguna retribución por ello? ¿Qué es eso que te hace pensar en lo afortunado que eres de estar vivo para poder hacerlo?

“No somos lo que otros dicen que somos, pero si lo que recuerdan que sienten al estar cerca nuestro”

Les regalo esta frase que la verdad es que sí anima mucho mi vida, la logré condensar hace poco en letras y ahora es de ustedes para que la vivan.

El mundo se ha encargado de decirnos que no nos debe importar nada de lo que los demás digan o piensen de notros, pero yo me atrevo un poco a retar esa idea, porque la verdad es que no estamos solos en este inmenso mar, y cuando hablamos de ser auténticos estamos reconociendo que hay personas a nuestro alrededor, que queremos que nos reconozcan por algo, y que no nos interesa que nos reconozcan como fotocopias de otros o que crean que llevamos máscaras todo el tiempo para agradar a los demás.

A mi si me importa lo que los demás piensen, pero eso no impide que yo me limite en cosas, o que deje de ser yo. O que me llene de complejos por eso, por ser diferente, por mantenerme fiel a lo que soy y lo que me gusta. ¿Ven la diferencia?

Si de verdad quieres ser feliz al sentirte bien contigo mismo no puedes ser lo que los demás quieren que seas, ni puedes querer ser como otros, porque eso es todo lo contrario a la libertad; pero si puedes escoger cómo darte a los otros, cómo entregar lo que eres, cómo lograr dejar tu sabor en las cosas, y una de las claves para eso es la versatilidad.

Lo segundo más importante que voy a entregarte hoy es la posibilidad de evolucionar constantemente. Una vez definas quien eres, no te dejes encasillar solamente en algo, todos somos muchas cosas.

Bien decía Coco Chanel: “Para ser irremplazable, uno debería ser siempre diferente” Y me encanta esta frase también porque no significa que sea una persona un día y una persona el otro, y que vivas  cambiando de acuerdo a cada situación o conveniencia. NO. Nuestro ADN y nuestro sello deben mantenerse en todo lo que hagamos, sin perder la magia de sorprender a los demás. Cuando hablo de ser diferentes pienso en ser más divertidos, curiosos, transparentes, genuinos, explorar el mundo y explorar a los demás. Dejarse sorprender por la vida y por uno mismo. No parar de conocerse y de mostrar al mundo lo valioso que es aquello que llevas dentro.

Nadie en el mundo, nunca, jamás, vivirá lo mismo que tú, sencillamente porque no hay nadie que sea tú mismo, nadie más que tú. Nadie va a poder contar tu historia. Y de ti depende que esa historia sea buena, vivas las batallas que vivas, de ti depende que tu historia se mantenga fiel a ti, a tus pasiones, a tu sabor. Porque cada quien tiene lo suyo, y eso hace que no exista razón para querer tener algo de otros.

Así que lo tercero que voy a recomendarte hoy, para que seas tu quien esté seguro o segura que lo que hace siempre lleva su sabor, es que te construyas diariamente sin compararte con los demás.

Buscar inspiración constantemente es algo que hacemos todos, pero no te montes en cosas que no van contigo, por el simple hecho que todos se estén montando.

A quien no está cómodo se le nota y nadie que no esté cómodo podrá decir que lleva como bandera la autenticidad.

Los seres humanos no somos modas cíclicas, somos seres humanos, y por eso somos y no parece que fueramos, no te engañes a ti, no te midas por lo que hacen los demás, no sientas que te estás quedando atrás porque otros ya lograron lo que tu no. Si cada historia es única, ¿Por qué querría llegar al tiempo que otros?

Sueña e imagínate todos los días en el lugar de tus sueños, no importa qué tan lejos está, todos los días hay chance de caminar hacia donde uno quiere. No te seas infiel a ti, abrázate todos los días, óyete, uno sabe cuando se está traicionando asi mismo, uno sabe cuando está haciendo cosas por llamar la atención y no por hacerse bien asi mismo. Aléjate de esas prácticas y recuerda que no somos por los demás, somos para los demás, para compartirnos con otros y enriquecernos con ellos, pero nunca busques un molde que alguien ya usó para entrar en él, crea tu molde propio, escoge tu talla, la que sea, sin importar si es grande o pequeña, escógete a ti, no tengas miedo de decir lo que piensas ni lo que sientes, y por favor, no hagas nada con la mitad del corazón.

Ponerne tu sabor a la vida es algo que nunca nadie va a poder hacer por ti. ¿Por qué si tienes el chance de ser único vas a renunciar a eso?

Y te repito esto: sea lo que sea que quieras para tu vida, si ya lo lograste o si crees que está muy lejos, nunca dejes de pensar en ti como una marca que habla, actúa e inspira. Nunca sabes lo que una sonrisa tuya puede hacer en alguien que quizás nunca te lo diga, así que no decaigas si no encuentras reconocimiento en tu trabajo propio o mientras te construyes; aquí es donde uno se habla así mismo y entiende que la ley es ser feliz y sentirse satisfecho no sólo de seguirlo intentando siempre, sino de serse fiel. Date palmaditas en la espalda y sigue tu camino aunque tu camino parezca difícil.

Cómo me decía un gran amigo que partió antes de tiempo: You will make it. Stay true to who you are. (Lo vas a lograr, sólo sigue aferrada a lo que eres)

“Pasarán más del mil años, muchos más, yo no sé si tenga amor la eternidad, pero allá tal como aquí en el alma llevarás sabor a mí”

(La cambié un poco, pero ustedes me entienden)

Invitados todos a sazonarlo todo con su sabor.