Esta vez no se trata de dejar ir lo que nos ha herido, no voy a animarte a abandonar las cosas que has amado porque simplemente has tenido una que otra mala experiencia.

 Este no es un artículo más de: deja que se vaya lo que ya no te hace feliz ni de mejor rendirse y buscar otra cosa que seguirlo intentando.

Y no es sólo un artículo para que pienses en tu pareja, o en tu ex pareja, o en la persona de la que estás o estuviste enamorada; con este artículo quiero que también pienses en ti, en las cosas que te gusta hacer y has abandonado, en los planes que empezaste algún día y hoy simplemente parecen un recuerdo borroso; este es un artículo sobre volver a enamorarse, usar el corazón de nuevo y pregúntarle: ¿Por qué si antes querías tanto esto ahora ni lo nombras?

Como es costumbre y normalmente lo hago quiero confesarles algo para que lo lleven a ustedes y lo apliquen ante cualquier contexto: cuando tengo una discusión fuerte con Andrés, mi novio, (puede que alguien aquí leyendo no vea mis publicaciones en IG así que prefiero hacer la precisión) y se vienen a la cabeza esas frases mortales y llenas de ira que dicen: “Bah yo me debería ir” o “Esto no va a funcionar en el futuro” Me pongo a la tarea de recordar lo mucho que nos ha costado llegar hasta donde estamos hoy, lo gratificante que ha sido mirarnos a los ojos y notar que después de la novela que ha sido nuestro amor seguimos el uno frente al otro; y así, sin darme cuenta me calmo y reitero que mi lugar es frente a sus ojos así que vuelvo a la batalla, que por cierto es la más satisfactoria de todas mis batallas.

Pongo este ejemplo porque creo que lo mismo debería pasarnos a todos con absolutamente todo que querramos abandonar: Preguntarnos y recordarnos primero ¿Por qué empezamos esto? ¿Qué ha sido lo valioso para mantenernos aquí? Y les repito: hablo del amor de pareja, de las amistades, de los proyectos.

Odio la palabra rendirse, y creo que cuando uno tiene el corazón en algo y al corazón le quedan pulsaciones por ese algo, hay al menos una razón para intentarlo de nuevo.

Ahora, no quisiera pero sé que debo hacer esta aclaración: no estoy hablando del masoquismo, ni de invitar a nadie a someterse a rechazos, desprecios, maltratos. Ese mis querides es otro tema que no voy a tocar hoy.

Hoy que lo que quiero es irme en contra de todos quienes abandonan lo que quieren al primer problema, quiero decirte que todo lo que amamos nos cuesta, a veces nos defrauda, otras nos hiere, otras queremos mandarlo lejos, otras nos hace perdernos un poco, otras nos llena de dudas; pero resulta que el corazón siempre sabe qué es lo que lo hace palpitar más euforícamente y es ahí donde nos cueste o no, nos deberíamos quedar.

Quiero que traten de pensar en si han dejado de hacer algo que les hacía felices y que ahora los entristece porque ya no lo practican, o porque lo han dejado apagar. Quiero que también piensen en si se alejaron de alguien por algún tema que podría haberse solucionado pero que en su momento la respuesta fue: es más fácil dejar así…

Mi invitación no es a complicarnos la vida ni a dejarnos herir por todo lo que quiere irse, pero si es a que sepamos que no siempre lo más fácil es lo mejor, que vas a amar siempre mucho más fuerte las cosas que te ha costado conseguir y que no podemos ir por la vida tirando la toalla cada vez que nos empapamos en algo que no queríamos.

Somos seres humanos y necesitamos ir por algo para sentirnos vivos. Necesitamos despertarnos todas las mañanas enamorados de algo, lo que sea que nos haga levantarnos y querer ir por ello. No sé porque la palabra amor está tan cerrada a las personas, el amor está en todo: en la mirada que te haces frente al espejo, en las palabras que escribes para darte a entender, el tiempo que dedicaste a arreglarte, las cosas que solucionas en un día, las tareas que cumples, las metas que te pones.

El amor es el hilo que hace que busquemos fuerzas para volver a intentarlo, y por eso me atrevo a decirte: enamórate otra vez de eso que has abandonado.

No sé en qué pienses mientras lees estas líneas, no sé si es en alguien a quien extrañas, no sé si es en quien tienes al lado pero has ido sintiendo como el amor se disminuye, no sé si estás discutiendo con alguien y quisieras hablarle; o por otro lado no sé si has dejado de sacar tiempo para tu hobbie favorito, o si te has dejado de dedicar tiempo a ti misme. Y eso es algo que me encanta del amor, y de este artículo, que pretende llegar a ti como la zapatilla de Ceinicienta y calzarte perfecto para que recuerdes que practicamente todo lo que necesitamos es sentir amor por algo, y recordar que el amor verdadero no se rinde a la primera y a veces quizás ni a la segunda.

Si tienes miedo de empezar algo porque en el pasado te fue mal, o porque parece difícil lograr mantenerte fiel a eso y trabajar por ello todos los días; si estás pasando por un mal momento en tu relación de pareja y te sientes cansade pero sabes que hay amor, o simplemente confías en que hay algo por hacer todavía; si te sientes perdide y desmotivade porque últimamente nada te emociona o porque has tenido tan malos días que no tienes deseos de nada; estas letras que escribo desde muy adentro mío son esa mano que estabas esperando para agarrarte, levantarte y volverlo a intentar.

Todo lo que te haga recordar que tienes un corazón que palpita, todo lo que te hace brillar aunque sea un poco los ojos, todo lo que te saque del letargo que a veces parece la vida cuando ya nada nos emociona, es una razón más para volverse a enamorar; para entender que la toalla no se tira cuando recibes un simple “No”. El mundo está lleno de “Nos”, pero con un solo “Sí” será suficiente.

Espero que al terminar de leer esto hagas esa llamada, busques a esa persona, des ese abrazo, agradezcas por estar aquí y por sobre todo recuerdes que el corazón siempre puede volver a ser feliz y que el amor no es consecuencia sino razón.

Ama algo y deja que te haga suyo.

Vuélvete a enamorar de estar vivo, eso también es un lujo ahora.