¿De qué tienes miedo? Nos preguntamos el uno al otro a veces cuando parece que las cosas no están saliendo como deberían. ¿A qué pueden temerle dos personas que se aman pero que se tienen la una a la otra? ¿Tienes más miedo antes de enamorarte o cuando ya estás completamente enamorado?

¿Te respondiste?

Lo que se me ocurre a mi, y es la palabra que atraviesa practicamente toda nuestra vida cuando decidimos tener el corazón en marcha, es la herida. ¿Cómo se evade una herida? ¿Qué hacemos si cuando de amor se trata estamos expuestos a ellas? Las heridas que a veces se ven, a veces se esconden, a veces se llevan en la piel y otras tantas en la memoria. El miedo es una pequeña partecita del amor, y se me ocurren varias historias al respecto:

  1. Cuando parece que te tengo pero tengo miedo de que un día te vayas:

Si te doy todo de mi, todo, y me entrego a ti con mis fortalezas y te confío mis debilidades, vas a poder herirme más facil. Si juntos vamos por ahí creando recuerdos y armando planes para el futuro, vas a dolerme más; porque se supone que al final nada es eterno, y entonces ¿Qué hago? Soy un corazón enamorado, miedoso, destinado a decidir si quedarse corriendo riesgos o irse antes de seguir soñando contigo. Pero, ¿Y si me voy? Lejos para simplemente extrañarte. Eso tampoco parece la vida que me gustaria vivir. Así que bueno, me quedo. Contigo y con mi miedo, me quedo. “Porque prefiero mil guerras contigo, que una victoria sin ti” (Pongo la frase entre comillas porque la idea original de la frase no es mía, pero tampoco recuerdo de quien)

Si es este tu miedo, y es el más natural, el que nos deja ver vulnerables cuando confesamos nuestro amor al otro y lo disfrutamos al máximo:Quédate. No hay forma de que pierdas, porque al final si termina, habrás sido tan feliz, que nadie va a poder quitarte los recuerdos.

  1. Cuando parece que solo uno de los dos siente algo:

¿Para qué me dejaste entrar si no ibas a darme nada para la sed? Este es el juego en el que obvio, alguien pierde, y seré yo. Porque vine con amor a tocar tu puerta y eres un salón de baile donde no podré quedarme. No quieres que lo haga. No planeas regalarme algo de ti, ni puedo organizarlo todo por los dos. ¡Qué miedo haberte dejado entrar! No saber si vale la pena quedarme a bailar contigo o llevarme mi musica conmigo para que ni tu, ni yo salgamos heridos. Tu juegas, yo quiero. Tu y yo somos uno y medio Me voy, mejor, me llevo mi miedo, no me has herido tanto aún. En este juego no voy más adentro, ¡Qué miedo llegar a quererte como lo presiento! Adiós posible amor, adiós.

Si es este tu miedo: Vete. Lucha un rato, si, si quieres, inténtalo, pero no te quedes esperando que alguien cambie por ti. Nadie cambie por otro, y si lo hace no es para siempre. No pidas que te amen, esas son cosas que si se piden ya no se viven igual.

  1. Cuando desconfías del otro:

No vayas a romperme; te lo pido. No vayas a buscar nada que sientas que te falte en otro. Muero de miedo de pensar que el amor que nos tenemos no soportaria un error de esos. No uses tus ojos de la misma forma en que me miras para mirar otros ojos, no puedo imaginarte en otros brazos que nunca disfrutarán de los tuyos como lo hago yo. Muero de miedo de pensar que un día te desvíes de mi y de mis manías, del amor quete profeso cada que te beso; para que no vayas nunca a buscar otros besos. No quiero perderte, ni verte perdido por ir detrás de algo que nunca ha sido nuestro amor vivido. No quiero andar con una herida abierta. No vayas a romperme, no vayas a dejarme una duda marcada, sin un dia te decides por otro corazón de la nada.

Si es este tu miedo: háblalo, trata de entender por qué está tan latente en ti el escenario en que alguien puede engañarte. Antes de irte, lucha por combatirlo, si es que no te han dado motivos.

  1. Cuando parece que me amas pero no sé si eres el indicado:

No sé porque tengo tanto miedo de decirte que sí, si parece que todo entre los dos es perfecto. Me encantaría querer bailar todas las canciones contigo, o no desprenderme un solo segundo de ti. Quedarme mirándote como tu lo haces, sentir que te devuelvo al menos un poco de lo que parece que sientes por mi. Ya sé que si fueras tu no tendría tantas dudas, ni dilataría tanto nuestra historia. Quizás no eres, no soy yo, qué miedo quedarme con la duda de encontrar alguien que me haga saltar como parece que saltas al verme. Perdóname pero parece que de mi no nace lo mismo, qué miedo que pase el tiempo y resultes más herido. Me voy porque no quiero vivir el amor a medias, por más que tu me quieras, no me sirve usar el corazón a medias.

Si no te inspira amar al otro como te ama a ti: vete. La vida es para amar profundamente y el amor nada tiene de vago. Ve por alguien que te haga vibrar.

  1. Cuando me han dejado y temo no volver a enamorarme

Todos conocemos este miedo, todos. Un día, en algúna noche solitaria o rodeados de gente que dice “No vale la pena” ¿Alguien alguna vez va a entender lo que para nosotros vale la pena? Hemos tenido miedo de no salir de la tristeza profunda de un final que no promete principios. ¿Pero te cuento algo? Vas a salir. Lo harás. Yo lo hice. Aunque siempre tengas miedo de la soledad, de volver a vivir lo mismo, o de no volver a sentir algo por alguien, algo que valga la pena contar, vas a salir, vas a estar bien, y aunque con miedo, volverás a jugártela toda por alguien porque mientras estés vivo hay esperanza siempre, y mucho por dar a diario. ¿Y sabes a quien vas a aprender a darle todo de ti? A ti mismo. Y eso sólo significa vencer el miedo de la soledad, porque quien aprende a ponerse en primer lugar, empieza a dejar de pensar que está solo. Somos nuestra mejor compañía al final.

Si este es el miedo que estás viviendo ahorita, te juro desde el futuro, que vas a salir de esto, vas a aprender de esto, y por sobre todo,vas a volver a enamorarte, aunque no dejes el miedo de lado, volverás a enamorarte.

¿De qué tenemos miedo? Le digo yo al que hoy es el amor de mi vida. Amor, tenemos miedo de tener demasiados sueños y que no pasen, o de despertarnos un día y sentir que el amor se ha ido saliendo por las ventanas. Tenemos miedo, y el miedo cuando estás enamorado, puede que esté siempre presente, pero lo importante es aprender a combatirlo, más que a evadir el amor, porque el amor es el mejor escudo contra èl.

¿De qué tienes miedo tú? ¿En qué lineas te encontraste? No te frenes, no te impidas sentir por miedo, muchas, muchisimas veces lo he dicho y creo que no me canso de repetirlo.

Más vale una respuesta que duela, que una pregunta que nunca termine.

Y en el amor lo mejor es ir por todo, aún con miedo, pero ir, o quizás irse también, porque queridos “Donde no puedan amar, no se demoren” Frida Kahlo.